Su dueño, Abel Domínguez, es un ingeniero agrónomo que heredó esta ganadería y decidió continuar con la labor que desempeñaban sus antepasados. Y así lo hizo, pero se encontró con el problema de que allí no llegaba la electricidad, por lo que le ofrecieron varias propuestas muy explotadas de empresas proveedoras a la hora de contratar la calefacción: colocar placas de resistencia eléctrica y electrógenos, dos maneras de obtener calor altamente ineficientes. Asimismo, el gasóleo que hay que utilizar para poner en marcha la calefacción supone un gran gasto para la finca y una fuente de contaminación para el Parque Natural de Aracena. Gracias a este análisis que hizo Abel, de la situación y haciendo números, decidió apostar por colocar en el suelo módulos fotovoltaicos y de solar térmica. Dos placas que le aportan electricidad y calefacción a la vez, y lo mejor de todo, con una fuente de energía natural que es gratis, el sol.
Las placas captan la energía del sol que calienta el agua que fluye por la finca, y es de donde procede el calor que emiten estas bases en las que se refugian los lechones. Con ello, se logra reducir los costes de la ganadería y una gran producción de cerdo ibérico.
Este ganadero ya lleva invertido unos 24.500 euros en su instalación, pero a nivel económico le ha compensado, ya que le supone un ahorro de un 50% anual de consumo de gasoil. Es decir, unos 5.000 euros de ahorro al año. En Andalucía existen 12.500 explotaciones de porcino, si todas aplicaran el método de Abel, supondría un gran ahorro para la instalaciones y una reducción en la contaminación del medio ambiente, al no usar gasoil para generar energía. Por tanto, el cambio de las instalaciones energérticas en las ganaderías supone una gran rentabilidad para todos.
Fuente de la Información: Huelva Información
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